El de derecha:Me dice un amigo casualmente mientras nos tomamos un tinto y hablamos de política:
- No... pues es que al lado de Germán Vargas Lleras, Alvaro Uribe parece el Ché Guevara...
Yo me cago de la risa sin remedio... pero luego siento, en el penetrante mensaje del chiste, la reducción total del espectro ideológico colombiano. La consecuencia de décadas de exterminio de cualquier expresión de oposición o de cualquier intento intelectual de entender el país desde otros puntos de vista. Pero igual me río porque la risa y el cinismo es lo único que ha quedado después de ver tanta sangre y tantos culos de reinas de belleza en la tele.
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El de izquierda:
Me dice el mismo amigo... que tiene un amigo que estudió primero en la Nacional pero lo echaron por marica; y entonces se pasó a Los Andes y de ahí lo echaron por gonorrea... Mejor dicho, jodido y sin espacio.
Yo me cago de la risa sin remedio... por segunda vez... y por segunda vez pienso cuán violento y excluyente es el lenguaje de Colombia... cómo nos miramos y nos tratamos, todo el mundo, con desconfianza y con discriminación. Todos contra todos! Pensar que en Colombia el viejo y conocido refrán de "A caballo regalado no se le mira el diente!" se transformó durante los años 90 en "Gratis una puñalada!" sin que nadie dijera nada... hace que se me hiele la sangre de terror.
Pero el lenguaje sólo refleja la realidad, y si estos chistes hacen reír, hacen reír con dolor. Con ese dolor rojo inseminado en el país.